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  Fundamentos de la riqueza VIII    La superestructura del mercado: el estado como servicio Ya hemos visto, cuando nos planteamos la creación de un mercado, cómo su creación era imposible sin crear antes una entidad emisora de moneda con autoridad sobre la totalidad de participantes del mercado. Un segundo elemento de superestructura sería la entidad bancaria (el prestamista individual hace exactamente la misma función), que sería la encargada de hacer los prestamos iniciales, de realizar las evaluaciones previas y de recuperar en tiempo el dinero prestado. Es decir, que para poder poner en marcha nuestro marcado hemos tenido que crear previamente una autoridad con, al menos, estas dos atribuciones globales. Pero pronto nuestros participantes irán descubriendo que necesitan crear nuevas atribuciones que deberán ser acatadas por todos los participantes. Las primeras serán la Ley y el Orden. Y, a continuación, vendrá la Justicia. Harán falta leyes, como las que ya mencionamos s
Fundamentos de la riqueza VII    Individuos aislados con mercado y servicios En el caso anterior solo permitíamos a nuestros individuos aislados interactuar para intercambiar riquezas. Vamos a hacer un poco más complejo nuestro experimento mental permitiendo que los individuos intercambien servicios además de bienes. De esta forma lo que hacemos es dotar a nuestros individuos de un aumento de su Riqueza Potencial. Supongamos un individuo sin apenas riqueza natural en su territorio, pero con capacidad de realizar tareas que otros pueden necesitar: trabajar la tierra, confeccionar herramientas, levantar casas, cuidar ganado…. En cuanto abramos nuestro mercado a la posibilidad de este tipo de intercambios no tardarán en producirse, lo que traerá consigo un aumento un aumento de la riqueza global. Es decir, la riqueza disponible ahora en el sistema será la suma de los bienes disponibles más el trabajo con valor, es decir, el trabajo intercambiado a cambio de dinero, momento en el que a
Fundamentos de la riqueza VI   El problema de la fijación de valor Nos encontramos con que nuestra autoridad monetaria ya ha definido una serie de monedas, de distintos valores y establecido el modo de cambio. También el diseño de cada moneda, los materiales que las componen, cómo evitar falsificaciones, etc. A continuación, se dispone a fabricar las monedas, pero aparece una cuestión crucial: ¿Cuánta moneda hay que fabricar? ¿mil unidades, un millón, cien millones? ¿Qué valor se asigna a cada moneda, es decir, a qué riqueza equivale una moneda? Una forma de enfrentar el problema sería asignar la unidad mínima de moneda a la unidad mínima de bien intercambiable (por ejemplo, a una manzana se le asignaría un valor de uno) y, a partir de ahí, se iría asignando valores relativos a los bienes más frecuentes en la economía. Digamos que una gallina valdría como cien manzanas, una vaca como cien gallinas y así. Esta tabla no tendría por qué ser exhaustiva ni, por supuesto, estaría fijando
Fundamentos de la riqueza V Elección de la moneda Una vez que nuestros participantes del mercado han definido una serie de condiciones que debe tener esa moneda para que sea universalmente aceptada, lo siguiente será decidir cuáles van a ser esas unidades de moneda. -           La primera intención de todos será que la moneda en sí tenga un valor, que sea valiosa por sí misma, es decir, que sea riqueza además de valor. Veamos dos ejemplos muy tempranos de este tipo de moneda o    El salario, el Salarium de los romanos, es decir una parte de la retribución de los trabajadores que se pagaba con sal, sería un buen ejemplo de moneda pequeña. La sal tenía dos ventajas: era valiosa, ya que era la principal forma de conservación de alimentos, fácilmente divisible y no existía entonces en estado libre, tan solo se obtenía en las salinas controladas por el estado. Además, es fácil de contar, simplemente por pesaje. o    El oro sería un buen ejemplo de moneda grande. El oro tiene valor e
Fundamentos de la riqueza IV Requisitos de la moneda Ya hemos visto que, para que pueda existir el intercambio de riqueza, es necesario disponer de una forma de realizar el intercambio (sea la plaza del mercado o Internet) y una moneda para poder realizar el doble cambio de Riqueza en Valor y de valor en Riqueza.   Pero, una vez llegados a esta conclusión, los participantes en nuestro mercado deberán ponerse de acuerdo en cómo debe ser esa moneda. Algunas características son claras, a la vista de los problemas del primer mercado. -           Deberá tener unidades lo suficientemente pequeñas para dar valor a los elementos de riqueza más pequeños susceptibles de intercambio, como un alfiler, una manzana, etc.               -           Deberá tener unidades lo suficientemente grandes para dar valor a los elementos de riqueza más grandes susceptibles de intercambio, como una vaca o diez, un carro… El conjunto de las monedas resultado de una transacción no puede exceder el peso que u
   Fundamentos de la riqueza III La riqueza del individuo con mercado En el escenario anterior teníamos un universo de individuos aislados sin capacidad de interactuar entre sí. Hagamos ahora nuestro modelo un paso más complejo. Consideremos ese mismo escenario de individuos aislados, un solo individuo por territorio, pero con capacidad de intercambio de bienes. O lo que es lo mismo, nuestros individuos disponen de un mercado en el que intercambiar los bienes y servicios que pueden aportar como individuos aislados. No están permitidas las asociaciones de individuos con ningún objeto ni otra relación que no sea el intercambio de bienes. Lo primero que descubrirán nuestros individuos, ya en el día de inauguración del mercado, es la necesidad de una unidad de valor. Imaginemos la escena: nuestros individuos llegan con su riqueza excedente (animales, legumbres, objetos, herramientas…) dispuestos a intercambiar aquello que les sobra por otro que les falta o que, simplemente, les apetece
  Fundamentos de la riqueza II Comparación de la riqueza. Riqueza y valor Si contemplásemos desde un plano superior, como una especie de deus ex machina, seguramente tendríamos la tentación de establecer una comparación de riqueza, de preguntarnos si el individuo A tiene más o menos riqueza que el individuo B. E inmediatamente veríamos que dicha comparación es imposible, puesto que para poder comparar la riqueza de unos y otros deberíamos poder asignarle un valor. Sin embargo, esta asignación es imposible porque, en un escenario como el que tenemos, es imposible asignar un valor determinado a la riqueza. ¿Por qué es así? Porque las cosas solo adquieren valor cuando alguien lo intercambia por otra cosa y ese, el valor de intercambio, es exactamente su valor. Pero puesto que estamos en un escenario en el que los individuos no interactúan entre sí, al no existir intercambio, las cosas no adquieren valor. Por lo tanto, podemos afirmar que: -           La riqueza no tiene un valor int